Un joven narró su experiencia al viajar en el Tren Maya, y afirmó sería la última vez pues su perrita resultó mal por lo que sufrió
YUCATÁN.- El Tren Maya ha tenido buenas y malas reseñas, así como errores, tales como el sucedido días atrás en la estación de Tixkokob, pero la experiencia de un joven de Panabá ha consternado a usuarios en redes sociales, pues su perrita fue quien sufrió las consecuencias.
“Mi día inicio a las 9 de la mañana en la estación Teya, en Mérida, Yucatán”, publicó Argenis M. en sus redes, seguido de la explicación de lo que pasó en su viaje.
Según narró el muchacho, subió al tren con su mascota luego de preguntar, días atrás, si estaba permitido. Sin embargo, a poco de haber abordado el gerente de la estación le exigió los documentos de su perro “con una prepotencia”, afirmó.
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Argenis le entró el carnet de vacunación y certificado de buena salud, pero el trabajador le respondió que no servían y le solicitó los papeles para demostrar si era mascota de apoyo emocional. El joven le mencionó que no lo era ya que apenas tenía dos meses de edad y que la estaba llevando a donde él reside ahora.
Ante esto, el gerente le informó que su animalito no podía bajar, pero el dueño del can le comentó que previo al viaje preguntó en Palenque, el cual era su destino, y Mérida si podía hacerlo y le reiteraron que sí.
“Entonces el gerente me dice levantándome la voz que le entregará el número de la jefa de estación de Palenque para que le llamara y me realizará un reembolso por qué yo no iba a poder viajar con mi mascota y le dije que como le iba a entregar un número de una persona que solo la he visto una vez en mi vida, me pregunta que quien fue la persona que me atendió en la estación de Teya y le dije que desconozco el nombre pero fue una señorita y me vuelve a responder con un tono alto que el es el gerente y el me dijo en el anterior viaje que iba a ser mi ultimo viaje con mi mascota porque solo el me lo pudo haber dicho ( el pensaba que yo ya había viajado anteriormente)”, publicó.
Su perrita sufrió en el viaje
Después de toda esta discusión, el hombre logró emprender con el viaje, pero ahí empezó lo peor. Debido al descarrilamiento del vagón en Tixkokob, les informaron que su tren saldría más tarde, pero se retrasó tres horas.
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Al abordar los pasajeros mostraron su inconformidad, pues no servía el aire acondicionado y desde aquel momento su perrita empezó a jadear. “Personas con padecimientos de la presión y embarazadas estaban en malas condiciones fisiológicas, nos negaron la salida del tren por protocolos de seguridad y es totalmente entendible, pero nuestro criterio como tripulantes era que si iban a realizar dicho paso era mejor bajar a la tripulación y posteriormente volver a abordar”.
Después de reiniciar el tren se puso en marcha hacia Umán y después hacia Maxcanú, donde los trabajadores hicieron pruebas al aire y tardaron otros 40 minutos. Posteriormente volvieron a subir y se dirigieron a Campeche, donde una vez más les pidieron bajar pues arreglarían la unidad.
Dos horas después volvieron a abordar, luego que los pusieran seis o siete aires portátiles, pero “la situación seguía siendo la misma. Quienes metieron los aires los volvieron a sacar por que dijeron que no enfrían, de esa misma manera proseguimos con el viaje, hasta que llegamos a Escárcega, Campeche fue que uno de los vagones quedó bien de su aire y la mayoría de las personas se fueron cambiando de asientos hacia ese vagón, así se mantuvo el tren hasta llegar al destino de Palenque”.
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Lamentablemente, durante todas esas horas la perrita no tomó agua ni quiso comer, por lo que ahora está hospitalizada. “Le han tomado la temperatura en repetidas ocasiones y hasta el momento ninguna a sido igual, debí de haber llegado a Palenque a las 05:05 PM y termine llegando después de las 10:15 PM”.
“Queda a su criterio si aún tienen las ganas de experimentar sus viajes en el tren. Primera y última vez que viajo en el Tren Maya”, finalizó.
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