Durante la construcción de la ruta del Tren Maya, fueron encontradas casi 200 piezas mayas. ¡Serán expuestas en Mérida!

YUCATÁN.- Una nueva colección de 180 piezas que muestra las huellas de la sociedad y cultura maya prehispánica de Yucatán, reconstruidas por especialistas del Centro INAH local, estarán como exposición fija en el Centro Cultural Ateneo Peninsular, que abrirá al público en junio próximo.

Una muestra representativa de siete piezas de esta colección se mostró este jueves 2 de febrero a invitados y medios de comunicación en el marco del 84 aniversario de la creación del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y también formarán parte de una exposición internacional en Ciudad de México la próxima semana.

Piezas mayas en el Centro Cultural Ateneo Peninsular

Las 180 piezas mayas de los años 600 a 800 después de Cristo restauradas y conservadas por los especialistas del INAH Yucatán, son fruto de las excavaciones en territorio yucateco por la construcción del Tren Maya.

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En total, según informó el director del Centro INAH Yucatán, José Arturo Chab Cárdenas, los especialistas esperan reconstruir 300 piezas completas, de alrededor de 7,100 vestigios hallados, pero la mayoría son fragmentos para estudios de laboratorio arqueológico.

“La construcción del Tren Maya nos permitió recuperar este valioso patrimonio arqueológico que estaban debajo de las rieles del ferrocarril que construyó el porfiriato”, señaló el licenciado Chab Cárdenas en su discurso del 84 aniversario del INAH“Esta pequeña muestra de objetos recuperados viajarán a Ciudad de México para que se integren a una exposición internacional”.

Centro Cultural Ateneo Peninsular reabriría sus puertas en junio

El funcionario informó que las 180 piezas recuperadas no solo enaltecen el trabajo de investigación de los especialistas del INAH Yucatán, sino que el mundo lo podrá apreciar porque será la primera exposición fija anual que tendrá el Centro Cultural Ateneo Peninsular, cuya reconstrucción y rescate va muy avanzado y para junio abriría al público.

Explicó que el Ateneo Peninsular recupera su vocación original de antaño como espacio cultural, académico, científico y de enseñanza porque estará abierto a todas las expresiones por su vocación polifuncional.

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Artesanos tendrán espacio en el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías

El Ateneo Peninsular, adjunto a la Catedral San Ildefonso, tendrá un local del Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (Fonarte) que venderá artesanías de Yucatán para beneficio de los artesanos que reúnan la calidad en sus trabajos, tendrá salas de exposiciones, aula digital de tecnología de última generación, espacio para actos protocolarios, un gran jardín, cafetería y un expendio de réplicas de piezas mayas prehispánicas autorizadas para su comercialización por el INAH. En otras partes de este edificio histórico se almacenarán todo el rescate del patrimonio arqueológico recuperado en el trazo del Tren Maya en Yucatán y tendrá laboratorios de investigación para los especialistas en restauración y conservación.

Piezas exhibidas a medios de comunicación

Las piezas exhibidas tienen los nombres de Cajete de Cholom (época Clásico Tardío 600-750-800 años después de Cristo), Cajete Popolá asociado al Cajete Cholom (misma temporalidad al anterior), Vaso con figura de personaje (Clásico Tardío Terminal, 750-800-1050 después de Cristo), Cajete Hunabchen rojo olla Maxcanú Bayo (Clásico Temprano 250-600 años D.C.), Cajete Muna Pizarra y Cuenco Ticul pizarra delgada (Clásico Tardío Terminal, 750-800-1050 D.C.) y Cajete Estilo Kuy (Clásico Tardío, 600-750-800 años D.C.).

El museógrafo del Centro INAH, Orlando Casares Contreras, contó parte de la historia de estas piezas reconstruidas y su significado en la cultura maya prehispánica. 

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Casares Contreras dijo que el Cajete Kuy decorado de color rojizo, tiene elementos que narran la cosmovisión que tenían los mayas de la naturaleza y están relacionadas con mitologías de los tiempos prehispánicos, que incluso hoy se pueden ver con el rescate de esta joya arqueológica de hace 1,400 años de antigüedad.

Se aprecia un ave que representa al pájaro Oxlajuum Chanaal Kuy que era una criatura mitológica narrada en el Popol Vuh y que está asociada con la deidad de Itzamná, la cual fue derrotada por estos seres.

Los platos, cajetes y vasos tienen inscritos pequeñas escenas que recreaban una parte de la mitología que rodeaba la vida cotidiana de la sociedad maya.

Es aquí donde radica la importancia de la recuperación de estos trabajos arqueológicos porque son pequeñas piezas de rompecabezas que en conjunto son narrativas mitologías, de las que ya se conoce en los textos y que pueden recrear. Sin embargo, estos descubrimientos pueden variar las versiones de la historia maya y arroja un cuadro más amplio sobre el significado real que tenían en su época.

“Literalmente, lo que tenemos aquí son resultado de los fragmentos de las mitologías que la labor de los investigadores es ver cómo encuadra en estos modelos que ya se tienen previamente”, explicó. “Parte de estos estudios de la religión maya del pasado tienen que ver con estos pedacitos que van apareciendo y van apoyando las teorías que ya se tenían, o, a veces las desafían por la información novedosa. Pero finalmente en arqueología se trabaja con fragmentos y cada nuevo hallazgo puede representar un cambio totalmente distinto en el paradigma que se entendía de la sociedad maya o reforzar alguna idea que previamente ha sido aceptada, por ello la importancia de los hallazgos”.

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Comentó que los cajetes Muna y Ticul tienen inscripciones que en aquella época de la civilización maya prehispánica no cualquiera persona pudo tener. Tener acceso a la escritura era para personajes de alta jerarquía, quizá no del nivel real, pero sí con jerarquía a la demás gente. La olla de cerámica reconstruida fue parte de alguna ofrenda de alguna estructura mortuaria, colocada sobre templos que generalmente eran montañas sagradas. Las vasijas y cajetes hallados son parte de ofrendas y por sus inscripciones indican que pertenecía a un nivel social de élite.

“Son parte de una ofrenda estas piezas, a veces tenían restos humanos, pero también puede ser ofrenda de alimentos para alguna de las deidades del monte, esta ritualidad tuvo un origen prehispánico”, dijo. “El sellado de ollas con cajetes como tapa, son como cápsulas de tiempo. Se deposita, clausura y cuando se descubre se trata de recrear lo más apegado del momento por medio de los significados. Por ello, los museos tiene estrecha cercanía con los investigadores porque ellos lo hallan, son los que saben, y nosotros los museógrafos lo interpretamos y recreamos para escribir la historia y narrar el significado de cada pieza”.

Todas las piezas en exhibición fueron halladas en el tramo 3 del Tren Maya, que comprende de Halachó a Izamal.

Con información de Joaquín Chan 

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