Poca más de 2,000 turistas entre extranjeros y nacionales se quedaron con las ganas de ver descender a Kukulkán de Chichen Itzá por la lluvia.
CHICHEN ITZÁ.- Poco más de 2,000 turistas nacionales y extranjeros se quedaron con las ganas de observar el equinoccio de otoño, debido a una lluvia que cayó minutos después de las 4:00 p.m., cuando los visitantes estaban arremolinados frente al castillo de Kukulcán.
Normalmente visitan la zona alrededor de 5,000 turistas por día, pero en lo que va del presente mes el flujo ha descendido considerablemente. Esto se reflejó hoy, a pesar del esperado fenómeno de luz y sombra del equinoccio de otoño.
De acuerdo con información recabada, los visitantes comenzaron a llegar desde las 9 la mañana. Cerca de esta hora, se comenzó a observar que la afluencia no iba a ser la que se esperaba. El año pasado en la misma fecha ingresaron alrededor de 7,000 personas.
Ahora bien, alrededor de las 3 de la tarde había un intenso sol, por lo que brilló la esperanza en los visitantes que pensaron que verían el descenso de Kukulcán. Los minutos fueron pasando y la preocupación de los visitantes llegó cuando observaron un nubarrón que amenazaba con lluvia.
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Alrededor de las 4 de la tarde se tapó el sol y cayó la primera llovizna. La venida del agua provocó que un gran número de turistas comenzará a salir de la zona, decepcionados de no haber visto el fenómeno. Por otro lado, otros se quedaron a los pies del castillo esperando que pase la llovizna. Pero fue todo lo contrario, se intensificó la caída de la lluvia y eso los obligó a salir.
Los turistas esperaron en vano el descenso de Kukulcán.
A pesar de que gente se quedó esperando, custodios de la zona hicieron un recorrido alrededor de las cuatro y media de la tarde. Esto con el objetivo de desalojar a los que aún se encontraban en el interior, considerando que a las cinco de cierra el sitio arqueológico.
En otras ocasiones, cuando se ha visto el fenómeno se ha dado unos 15 minutos de gracia después de las cinco de la tarde. El permiso especial tiene la función de desalojar a la gente, pero en esta ocasión, al no verse, se desalojó mucho antes.
En el exterior del parador, la vialidad fue fluida, incluso se contó con el apoyo de la Policía Estatal para la movilidad vehicular
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Con información de Juan Antonio Osorio.
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