Luego que diera a luz, y le quitaran a sus dos hijos, Julissa Chuc ya está con sus hijos. ¡Este es su caso!

MÉRIDA.- “Ser lesbiana no me quita el sentimiento ni el derecho de ser madre”, respondió Julissa Chuc Haas a una trabajadora social que le cuestionó sus preferencias sexuales luego de dar a luz a una niña quien, junto con su hermano mayor, fueron separados de ella.

A Julissa se le siguió un proceso legal por parte de la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (Prodennay).

Después de 77 días, poco más de dos meses, Julissa volvió a sonreír con sus hijos; para ello tuvo que demostrar que no ejercía maltrato sobre su hijo mayor y que contaba con los recursos para poder darles una vida digna, también tuvo que demostrar que no consumía drogas, como acusó la trabajadora social.

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“El calvario comenzó el 26 de octubre. Di a luz a mi hija en el O’Horán. Una trabajadora social me preguntó que si soy lesbiana y le dije que sí y me dijo que ‘¿Cómo es que tienes hijos si eres lesbiana? ¿Qué ejemplo puedes darle a ellos?’ Yo le dije que ser lesbiana no me quita el sentimiento ni el derecho de ser madre”.

El prejuicio se convirtió en un acto legal que terminó por separar a la recién nacida de Julissa y días después, también le fue arrebatado su hijo mayor.

Da su testimonio

En entrevista que concedió a Megamedia, ya acompañada de los menores, Julissa explicó que su desesperación por recuperar a sus hijos la llevó a confiar en una abogada activista que, a su juicio, la utilizó políticamente, pues la motivó a realizar una protesta, a plantarse frene al Palacio de Gobierno, pero no abonó al proceso legal para que ella pueda recuperar a los menores.

Cuando me quitaron a mis hijos me sentí vacía, en la oscuridad. Ellos son mi vida son un pedacito de mí. Me dolió que me quitaran a mis hijos. Hoy entiendo que las autoridades se preocupan porque prevalezcan los derechos de los niños, y agradezco que se preocupe por las infancias, sin embargo, sí hago un llamado para que las autoridades investiguen a fondo los casos, que brinden a los padres y madres las herramientas necesarias antes de arrebatarles a sus hijos o hijas”, señala Julissa.

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Ahora Julissa le ha dado a vuelta a la página, a pesar de haberse sentido discriminada, no presentó ningún tipo queja contra el hospital ante ninguna instancia; ya tiene con ella a sus hijos:

Abimael y Génesis, ambos ya fueron registrados y cuentan con su acta de nacimiento. Abimael ya está recibiendo atención médica, sus vacunas y el día de ayer miércoles comenzó a ir a la escuela, mientras Julissa realiza labores en una funeraria y, además, ha conseguido un nuevo empleo como personal de seguridad. “Todo esto lo hago por mis hijos y agradezco a todas las personas que me ayudaron, al licenciado Nieves, a las feministas, a la comunidad LGTB+…”, dice.

Por ahora Julissa y su familia están ocupando un cuarto que les brindó el abogado Andrés Nieves, pero aún está en pláticas con el IVEY para que se le entregue el título de propiedad de un terreno que le fue donado por el mismo abogado. “E el IVEY nos está pidiendo 6000 mil pesos, no cuento con ese dinero y ojalá el Gobierno pueda apoyarme de alguna manera, Una vez que tenga eso, mis ingresos los voy a usar para poner el techo a la construcción donde voy a vivir con mis hijos”, dice Julissa mientras sonríe dándole el biberón a la pequeña Génesis.

Con información de Gabriel Chan

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