Tras quedarse sin trabajo, un joven se quita la vida en la Azcorra; su familia había intentado animarlo.
Un joven de aproximadamente 28 años perdió la vida en su propio hogar en la colonia Azcorra en Mérida, luego de atravesar una profunda etapa de depresión tras quedarse sin trabajo. Esa mañana, su familia trató de animarlo. Le ofrecieron palabras de aliento, conversaron con él con cariño, y por un momento, parecía que todo iría mejor: el joven sonreía, incluso se despidió diciendo que iría a descansar un rato.
Pero pasadas las 10:00 de la mañana, uno de sus familiares entró a su cuarto y encontró una escena desgarradora: el joven se había quitado la vida. De inmediato dieron aviso al 911, y al lugar llegaron paramédicos, pero ya no pudieron hacer nada. Solo confirmaron su fallecimiento.
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La casa fue acordonada por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública, mientras agentes de la Fiscalía realizaron las diligencias correspondientes. Más tarde, el cuerpo fue trasladado al Servicio Médico Forense.
Este trágico hecho es un llamado urgente a no minimizar lo que no siempre se ve: la salud mental. A veces, detrás de una sonrisa hay una batalla silenciosa. Escuchar, acompañar y ofrecer ayuda profesional puede marcar la diferencia. Hablar de lo que sentimos no es señal de debilidad, es un acto de valentía.
Este lamentable caso del joven que se quita la vida en la Azcorra nos recuerda que la salud mental es tan importante como la física. A veces, las heridas no se ven, pero duelen igual o más. Hablar, escuchar y buscar ayuda profesional puede hacer la diferencia. Si tú o alguien cercano está pasando por un momento difícil, no lo enfrenten en silencio. La vida siempre merece otra oportunidad.
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