hamacas kobén

El 22 de julio es el Día de la Hamaca y ante este día se entrevistó a una mujer del poblado de Kobén que ha dedicado su vida al urdido de las hamacas

KOBÉN.- Desde hace más de 30 años, doña Leydi Aurora Ordóñez Pérez, se dedica al urdido y comercialización de las hamacas, con ya 53 años de edad, esta mujer ha sacado adelante a su familia, con el negocio de las hamacas, lo cual, la llena de orgullo y motivación para seguir adelante.

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Desde el poblado de Kobén, la tierra de las hamacas en la capital Campechana, Doña leydi, desde muy temprano se levanta para iniciar con la elaboración de sus productos artesanales.

En entrevista, nos compartió que en estos tiempos, el negocio ha ido cambiando, puesto que los internos del penal, son quienes en su mayoría, abastecen a los comerciantes, además, explicó que la competencia cada día es mayor, ya que incluso, ya existen proveedores de otros estados que buscan ofertar precios más bajos.

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Sin embargo, esta artesana, nos comentó que lo más importante para ellos, es preservar esta tradición y cultura en las nuevas generaciones.

Orgullosa de su trabajo

“Si, la verdad es que si es un orgullo con esto saqué adelante a mis hijos y ahora me gusta que ellos aprendan el negocio, porque es algo artesanal y cultural que nos identifica”, comentó.

Aunque el trabajo no es nada fácil, dijo que para ella, significa demasiado y no dejaría de practicar el urdido, ya que es un oficio que ha practicado en gran parte de su vida.

Es algo cansado, a veces compramos y vendemos, otras veces se urde, ya los tiempos cambiaron, a veces incluso con los reos, se les consume, pero si un cliente viene y pide algo especial se le hace como les guste”, indicó.

Su mayor satisfacción es la alegría de los clientes

Más de una semana puede durar urdir una hamaca, pero la satisfacción de ver a un cliente con la alegría de recibir un producto de calidad, y con el que recordarán su paso por el poblado, doña Leydi aseguró que eso, no tiene precio, por lo que vale la pena, el esfuerzo y sacrificio, además de las largas horas que pasan tejiendo una hamaca.

“Si es cansado, aunque repito que ya los tiempos cambiaron, hasta una semana te puedes llevar urdiendo una hamaca, y es bonito verla cuando ya acabaste”, dijo.

Apoyo a los artesanos

Finalmente, le mandó un mensaje a los campechanos, para que apoyen a los artesanos locales, quienes día a día, se levantan desde muy temprano para poder realizar los trabajos de la mejor calidad.

“Ojalá que nos regatearan menos, mucho no saben el trabajo que cuesta urdir una hamaca, la verdad si es algo complicado pero que vale la pena, me enorgullece poder dedicarme a esto y lo seguiré haciendo hasta el día en que yo me muera y ojalá pueda dejar un legado”, señaló.

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