colonia Justo Sierra

Un menor también recibió golpes en el pleito de la casera e inquilina, la dueña de la casa ubicada en la colonia Justo Sierra dijo que la familia de la mujer a la que le renta causa problemas a otros

CIUDAD DEL CARMEN.- Casera e inquilina terminan a golpes en la colonia Justo Sierra, debido a que un menor resultó golpeado agentes de la Policía Estatal Preventiva acudieron al lugar para mediar la situación; tanto la dueña de la propiedad cómo los familiares de la inquilina dieron su versión y posteriormente al escándalo y golpes se retiraron.

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Fue alrededor de las 4 de la tarde, cuando en una cuartería ubicada sobre la privada Calamar esquina con calle Curvina de la colonia Justo Sierra, dos mujeres y un menor se enfrascaron en una discusión que terminó a los golpes y con la policía de intermediaria.

Y es que todo indica y según la versión de la dueña de la propiedad, ella lleva tres años alquilándole un cuarto a una mujer adulta, a la cual le da facilidades de pago en la renta debido a su estado económico y con la que no había tenido ningún problema ni mucho menos escándalos cómo este.

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La casera indica que cada que llegan los familiares de esta mujer se ponen a tomar bebidas embriagantes, gritan, se pelean e incomodan a los demás inquilinos, por lo que ya en reiteradas ocasiones les ha pedido de la manera más atenta que no tomen en el lugar y que mucho menos le busquen pleito a los demás inquilinos.

Sin embargo el pasado viernes al hacer nuevamente esta llamada de atención, la casera fue recibida con reclamos y golpes por parte de los familiares de su inquilina, en donde comenzaron los golpes con dos mujeres y terminó metiéndose un menor de edad que también alcanzó a ser golpeado.

La situación salió de control por lo que tuvo que intervenir la Policía Estatal Preventiva, para tratar de mediar la situación y calmar los ánimos, los familiares de la mujer que alquila el cuarto se anotaban muy molestos indicando que querían que se llevaran presa a la dueña de la propiedad debido a que golpeó a su menor hijo en el altercado.

Tras varios gritos y amenazas los agentes estatales no tuvieron otra opción más que separar a las dos mujeres y hablar de forma individual con ellas, indicándoles que cualquier inconformidad se presentaran ante el agente del ministerio público para interponer su formal querella y darle seguimiento de forma legal y no a los golpes.

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